Los alumnos no tienen
porque saber las etiquetas de cada obra, pero si podemos facilitarle el que
aprendan a descifrar los títulos, algunos nombres de artistas, fechas, etc. No
debemos creer que hacerles ver de nuevo obras que le gustan es quedarse
estancados, si no que, es una puerta hacia las demás obras que no conocen
puesto que estamos despertando un cierto interés.
Es importante por
ejemplo el comprar postales para que el niño se familiaricen con la pintura, o
el ir a un museo y no dejar pasar la merienda para que la asocien con las
actividades cotidianas que hacen en su tiempo libre, ir al cine, teatro, etc.
¿Qué debemos mostrarles
según la edad? No existen límites en este ámbito, cualquier cuadro lo puede
interpretar de una forma diferente sin tomar en cuenta la edad del niño.
Hablemos de los niños de entre 5 y 7 años. Estos se suelen sentir atraídos por
los colores cálidos y vivos, lo que tiene forma en relieve, la representación
de imágenes familiares, lo que imita las texturas de las cosas, etc. Dando una
cierta importancia a la relación con la vida cotidiana, la relación con su
propio cuerpo, la dimensión de lo imaginario, es decir, que inventan su propia
historia con solo ver una pintura o comentar lo que a cada uno le parece esa
obra. También es importante destacar que para los más pequeños ir al museo
resulta un tanto fatigoso, por lo que es más aconsejable y más llamativo para
ellos los libros donde hay dibujos.
En cuanto a los niños
que comprenden la edad de entre 8 y 10 años se inclinan más hacia las imágenes
que proporcionan la ocasión de contar historias, las figuras de los personajes:
el bueno, el malo, etc. Las situaciones de luchas y enfrentamientos, los
héroes, entre ellos. Sin olvidar sus referencias visuales, la atracción hacia
civilizaciones diferentes, familiarizarse con el museo, lo que pueden descubrir
por ellos mismos, la cuestión del como se ha hecho, etc.
Los niños de entre 11 y
13 años están más interesados en la personalidad del artista, la manera en la
que una obra está construida, la comparación entre obras de un mismo artista,
lo que puede costar la obra, etc. Sin olvidarnos que empiezan a estar menos
disponibles, su mirada es menos espontanea, sobre algunos temas que le
desconciertan. También se sienten muy atraídos por la historia de los aristas.
Existen varios modos de
empleo para contemplar las pinturas, por ejemplo, cogemos una obra y empezamos
a descifrarla de una manera global, luego podemos trabajarla con varias
preguntas. Por ejemplo si cogemos la pintura de “la anunciación” pues podemos
preguntar: ¿Por qué María no se ve sorprendida al ver un ángel ante ella? ¿Va a
quedarse el ángel con María?
Hablemos ahora del arte
contemporáneo para los alumnos de primaria. La presencia del arte contemporáneo
en la escuela, conlleva a un lenguaje que no siempre se explica de la forma
adecuada. Por ello a muchos docentes le es difícil explicar a sus alumnos este
arte. Lo que se intenta es hacer un análisis de los diferentes niveles de
lectura aplicados para alumnos del tercer ciclo.
Para elaborar esta
metodología se han analizado cuadernos editados por los servicios pedagógicos
del centro de arte del Reina Sofía, para que los objetivos, contenidos y
actividades se ajusten a las necesidades educativas de este periodo. Primero se
presenta una descripción de los materiales elaborados para llevar a cabo las
explicaciones.
En primer lugar se
necesita un cuaderno tamaño folio con la tapa de cartulina a color. El cuaderno
se divide en 3 bloques: 1. Actividades previas, 2. Actividades del museo y 3.
Actividades posteriores.
Esta metodología se basa
en:
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